Existe a nuestro alrededor un tipo de persona al que me gustaría dedicar unas líneas: Están entre nosotros; puede ser un cuñado, un amigo, el vecino del quinto, un compañero de trabajo e incluso alguien al que acabamos de conocer.
El personaje en cuestión se caracteriza por un afán irreprimible de tirarnos su dinero, o su posición a la cara a la minima oportunidad. Es ese sujeto al que saludas en la cola del banco y la conversación transcurre más o menos así: (Esto es real, me ocurrió el otro día)
-Hola, ¿que tal? –Hago un saludo de cortesía, sin más pretensiones.
-Pues bien, aquí haciendo unas gestiones –Contestación también cortes por su parte. Hasta aquí todo bien.
-Vaya día de calor que esta haciendo hoy ¿no? –Quien me mandaría a mí hacer esa pregunta con lo guapo que estoy callado. Para el tipo de persona al que me estoy refiriendo, esa pregunta es toda una tentación, y como decía Serrat “lo mejor para acabar con la tentación es caer de lleno en sus brazos”. Y así, haciendo caso a Serrat, contestó sin cortarse:
-Sí, la verdad es que hace un calor insoportable. La culpa es del grado de humedad tan alto que hay en el aire. Ahora, para humedad, la que se respira en las cataratas del Iguazú, donde estuve el mes de Julio pasado con mí mujer, allí si que parece que el aire te abrasa al entrar en los pulmones. Sin embargo, el año anterior estuvimos en Pekín, y allí al haber menos humedad parece que se respira mejor. En Pekín el problema no es la humedad, es la contaminación que no te deja respirar.
Estuve en un tris de contestarle que mi mujer y yo habíamos estado la semana pasada en Bronchales provincia de Teruel, pero me contuve para no humillarlo, y lo que es más importante, para no parecerme a él.
Para este tipo de individuo cualquier pregunta que le hagas es buena para contestarte que se ha comprado un coche nuevo, turbo inyección con 2000 caballos tres yeguas y no sé cuantos cilindros con inyectores de fluctuación concordioval. Que tiene un chalé en la sierra al qué no va nunca por que prefiere el apartamento de Marina D`or, y que el otro apartamento, el que tiene en el Perelló, lo ha dejado para que lo disfruten sus hijos.
A propósito de hijos: Como se te ocurra preguntarle por ellos estas perdido irremediablemente; sus hijos son los mejores en todo, su inteligencia es tal que hace subir la media del país, sus notas del instituto o universidad son impresionantes, y además dominan distintos idiomas con facilidad.
Muchas veces lo patético del personaje reside en que todos sabemos en el pueblo (porque en los pueblos se sabe todo), que lo que su hijo estudia en el apartamento del Perelló son: “Ciencias de la distribución y el marketing, aplicadas a la venta y consumo de productos de droguería variada con origen en Colombia o en el sureste asiático”. Y que de idiomas nada de nada, su hija solo el francés y mal hecho. Perdón, quería decir mal hablado.
A todo esto, y si durante el monologo, se te ocurre decir algo de tus hijos, ó de tú coche, ó de lo que sea, su táctica es hacer como que no han oído nada y continuar con lo que estaban diciendo cuando los interrumpiste, como si no existieras, como si fueras transparente, como si dijeran sin decirlo: “Y a mí que me importa tu puto Nissan Micra de mierda, pobre desgraciado. A veeeer, que yo te estoy hablando de un turbo inyección de 2000 caballos y tres yeguas con cilindros e inyectores de fluctuación concordioval, y que como me vuelvas a interrumpir te voy a meter un puñetazo en la cara, tonto del culo”.
Ahora hablando en serio: Se trata de nuevos ricos, cuya vida solo tiene sentido en función del dinero y de los bienes que poseen, personas zafias, acomplejadas, que admiran y respetan al que tiene más que ellos, y se regodean de los que consideran inferiores, tratando de tirarles su dinero a la cara a la minima oportunidad.
Estas líneas son para todos ellos, con mis mejores deseos de que esta crisis, que ya está aquí, se los lleve al diablo.
2 comentarios:
Esa actitud no la pueden ellos evitar. Porque basan su busqueda de felicidad y paz interior en la concentración de riqueza y consumo desmesurado. Y como despues de gastar y gastar, y tener todo aquellos que en teoría "nos haría felices", despues de todo eso, queda en evidencia el vacio.. el gran vacio q por respuesta les pega en la cara... que no son felices, a pesar de su auto ultimo modelo, y de su viaje a pekin. Necesitan parlotear y restregarlo en la cara, para ver si alguien los puede hacer sentir mejor, alguien que los admire, q los envide... es triste en verdad...
El comentario es muy acertado, hay muchas personas que son asi. Lo unico que no me gustó fue el comentario de las drogas provenientes de Colombia, soy colombiana y no me gusta cuando esta es la unica imagen que muestran de mi país. Los invito a todos para que lo conozcan y se den cuenta que somos mas que drogas.
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