domingo, 18 de mayo de 2008

Cosas del Ayuntamiento de Sedavi.


¡Ding, dong!...Se ruega silencio por favor, estamos en un hospital.

-Señor, pase a la sala de espera y aguarde hasta que le llamen para consulta.
-Gracias señorita.
Hago caso de la indicación y me siento a esperar. Decido aprovechar el tiempo, que se avecina largo, para escribir estas lineas con el fin de que no se me olvide nada cuando pase la visita con el doctor.
Veamos. Todo empezó en el pleno del pasado día 29 de abril en el Ayuntamiento de Sedaví/Valencia. El portavoz en ese momento del Partido Socialista (Sr. Campos), puso sobre la mesa el terrible peligro que nuestra población había padecido durante quince días por culpa de unas uralitas abandonadas junto al eco parque. Parece ser, según el Sr. Campos, persona docta en el tema, que las uralitas están declaradas material muy tóxico y peligroso. También alertó del peligro que suponía el viento en esas circunstancias ya que podía haber esparcido fibras de aquellos residuos por toda la población.
En ese momento préciso, un escalofrío recorrió mi espalda acompañado de un sudor frío que comenzó a caer por mi frente. Les explico el por que de esta reacción:

¡Ding, dong!...Familiares de Sigfrido Antonio Inca Azteca Maya , pasen al box 1.

Dichosa megafonía. Bueno verán; mi casa, es una casa antigua de pueblo. El comedor tiene una puerta grande acristalada que permite el acceso a un patio trasero a la vez que permite la entrada de luz a la casa. Dicho patio (y aquí viene el motivo de mis sudores) es colindante con el de mi vecino que a su vez lo tiene cubierto de.... ¡Uralitas! Para echarse a temblar ¿no?
En ese pleno, de repente, escuchando al Sr. Campos, comencé a entender muchas cosas, fue como una luz que se enciende en una habitación a oscuras. Comprendí por qué los canarios que cría mi vecino debajo de esas uralitas son todos de color gris (gris uralita, claro). Comprendí por qué las plantas de mi patio están todas mustias (aunque mi mujer dice que es por que no las riego). Comprendí también el extraño comportamiento de mis vecinos: Música estridente a deshoras, golpes en las paredes, muebles que se arrastran, gritos en vez de hablar, puertas que se abren y cierran a golpes constantemente. Pobrecitos, las esporas de la uralita del patio estaban contaminándolos irremediablemente.

¡Ding, dong!...Ilie Romanescu, Ilie Romanescu, pase a consulta.

También, escuchando al Sr. Campos, recordé como los días de calor abríamos el ventanal para que entrara un poco de aire. Dios mío, para que entrara un poco de aire. Lleno de fibras cancerígenas, claro.
Mientras buscaba la salida del pleno angustiosamente, escuché la solución en palabras del portavoz socialista. "Se me ocurre, que el Ayuntamiento podría regar para evitar la contaminación por fibras de uralita".
Llegue a casa y en ese estado de irracionalidad que provoca el pánico, cogí la manguera del patio y comencé a regar el salón de mi casa. La tele de plasma, el dvd , el ordenador...fueron los primeros en fallecer. Los cuadros de las paredes, de no me acuerdo que pintor famoso, chorreando pintura hasta el suelo. Mí mujer, empapada y con un ataque de ansiedad. Mi hijo, casí se electrocuta tapando con su cuerpo la Play Station para que no le cayera más agua, mientras de esta salían chispas y humo (no me habla desde entonces).

¡Ding, dong!...Jose Luis Garcia-Moreno, pase a consulta de Psiquiatria.

En fin, dejo ya de escribir que me están llamando. Verán como el psiquiatra lo va ha entender todo en cuanto le diga que la culpa es del portavoz de la oposición socialista en Sedaví.